Nicolas Maduro. Foto: JHONN ZERPA / VENEZUELAN PRESIDENCY / AFP


El presidente Nicolás Maduro pidió este miércoles "el levantamiento inmediato de todas las sanciones" contra Venezuela como primer punto en negociaciones con la oposición, tras la propuesta de retomar conversaciones presentadas el 11 de mayo por el dirigente opositor Juan Guaidó.

Maduro planteó tres puntos: el fin de las sanciones financieras encabezadas por Estados Unidos para intentar forzar su salida del poder, el reconocimiento del Parlamento controlado por el chavismo y la liberación de cuentas estatales bloqueadas en el extranjero.
Lo primero que yo pongo en la mesa son tres puntos: el primero de todos el levantamiento inmediato de todas las sanciones y medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela, inmediato, completas; segundo punto, el reconocimiento pleno de la Asamblea Nacional legítima y de los poderes establecidos (...); y tercer punto, la devolución de las cuentas bancarias a las instituciones y de los activos a las instituciones". expresó.

"Tres punticos empezandito", subrayó el mandatario socialista en un acto transmitido por la televisión estatal.

Reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países, Guaidó propuso hace dos semanas retomar negociaciones con Maduro para pedir un cronograma de elecciones, que incluya presidenciales, a cambio del "levantamiento progresivo" de sanciones.

El opositor ha insistido desde entonces en lo que llama "un acuerdo de salvación nacional". "Es urgente", ratificó este miércoles.

Maduro se declaró dispuesto a reunirse con la oposición "cuando quieran, donde quieran y como quieran", pero tres días después de la proposición de Guaidó ya había condicionado su participación en un diálogo con la recuperación de fondos bloqueados en el extranjero y el control de Citgo, la filial de la estatal petrolera PDVSA en Estados Unidos, cuyo manejo Washington dio a Guaidó.

Faltan condiciones


El intento de reactivar negociaciones políticas ha coincidido con la convocatoria a elecciones de gobernadores y alcaldes para el próximo 21 de noviembre por una nueva directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE).

Los adversarios de Maduro están en una encrucijada, después de que Guaidó liderara un boicot de los principales partidos opositores contra los comicios legislativos de 2020, en los que el chavismo recuperó el control del único poder que no tenía en las manos, y los presidenciales de 2018, en los que Maduro fue reelecto.

Dirigentes opositores como el excandidato presidencial Henrique Capriles han abogado por evaluar postulaciones esta vez.

Sin embargo, en un recorrido por una comunidad popular del estado Miranda (vecino de Caracas), Capriles aclaró a la AFP que aún no ha decidido si participará.

Considera que faltan condiciones como "concretar la observación internacional", liberar "presos políticos" y resolver las inhabilitaciones a opositores y organizaciones políticas, que le afectan a él mismo.

Estados Unidos y la Unión Europea desconocen la Asamblea Nacional dominada por el chavismo, al cuestionar las elecciones de 2020; pero recibieron con prudencia la designación en ese cuerpo del nuevo CNE, con tres de cinco rectores vinculados con el chavismo y dos con la oposición.

Ese CNE es producto de negociaciones entre el chavismo y sectores opositores distanciados de Guaidó.

Fueron emprendidas después del fracaso de contactos entre delegados de Maduro y Guaidó en 2019, con la mediación de Noruega, congelados cuando Washington intensificó sus sanciones.